La magnífica sonoridad del salón de actos del CONSERVATORIO Joaquín Turina fue el complemento ideal al sonido de la viola del joven malagueño Alejandro Regueira , premio del concurso de jóvenes interpretes de JJMM de España . Su interpretación de la Suite N2 para Chelo de Bach , redescubierta por Pau Casal , fue una auténtica piedra de toque que prepararía un concierto magistral.
En la sonata Nº1 de Bowen para violonchelo y piano escuhamos los sonidos de la viola con unas texturas y coloridos que Alejadro tranmitió con maestría . La delicadeza y extrema dinámica del sonido en las siete canciones populares españolas de Falla junto al acompañamiento del chileno Anibal Bañados , director del Conservatorio Adolfo Salazar de Madrid , entusiasmaron al público asistente .
Un concierto memorable.