Multitudinaria presentación de ‘El alma compartida’ de Manolo Sanlúcar en La Merced

Un abarrotado Auditorio de la Merced fue testigo, la noche del jueves 27 de diciembre pasado de la presentación de Manolo Sanlúcar, El alma compartida, un libro escrito por el propio guitarrista de esta ciudad del Bajo Guadalquivir y editado por Almuzara.

El encuentro literario, que había suscitado en Sanlúcar mucha expectación por la novedosa experiencia de uno de sus más reconocidos artistas, no defraudó al público. Acompañaron al autor la alcaldesa, Irene García; el rector de la Universidad Internacional de Andalucía y prologuista de la obra, Juan Manuel Suárez-Japón; y el editor de Almuzara, David González, que disculpó la ausencia de Manuel Pimentel.

Los pensamientos y los sentimientos más profundos de este prestigioso compositor musical recorren toda esta obra, empezando por el propio título. El alma compartida alude a su padre, el también guitarrista Isidro Muñoz, que murió en 2006. Y es que de su padre se considera una especie de prolongación vital en cuanto a identidad creativa, sentimientos, valores, comportamientos y, en general, todo aquello que conforma una manera de estar en el mundo y de sentir la vida. La tragedia de su pérdida para el artista es sólo comparable a la de su hijo Nano, el otro gran punto de apoyo humano de Manolo Sanlúcar. Así las cosas, «la confusión está naturalizada en mí», como dice el autor de Tauromagia destacando que, en realidad, se trata de un «estado de creatividad» de gran riqueza. «Al disponerme a escribir, no sé si estoy huyendo o voy a mi reencuentro. Lo que se ha roto en mi alma es tan grande que nada en mí puede quedar intacto», dice.

Hay que destacar las menciones que el genial maestro de la guitarra hizo a los músicos sanluqueños presentes en el acto. Tuvo palabras de elogio para ellos y se sintió muy acompañado y confortado por su asistencia. También dedicó una de las más emotivas anécdotas a su especial relación con la Banda de Música local, cuando en su juventud conoció a uno de los directores municipales de dicha agrupación. Destacó su gran servicio a la música, a la que ponía por encima de cualquier sentimiento de rencor o de vanidad.

La alcaldesa, el prologuista y el editor subrayaron las facetas humana, musical, literaria, artística e incluso metafísica de Manolo Sanlúcar. La sinceridad que rezuma la obra, el carácter inclasificable de este brillante «regalo» literario y el arraigo del guitarrista a su tierra, Sanlúcar y Andalucía, fueron otros de los aspectos destacados. García aprovechó la ocasión para anunciar que la futura Escuela Municipal de Flamenco de la localidad llevará el nombre de Manolo Sanlúcar, al tiempo que expresó su deseo de que la fundación del músico tenga como sede la ciudad de la manzanilla.

Casi una decena de personas queridas del artista, entre ellos varios familiares, leyó fragmentos de El alma compartida. El mismo Manolo Sanlúcar abrió esta parte del entrañable acontecimiento con sendas lecturas: una dedicada a su madre y otra a su hijo. Unos versos «bañados de un dolor inconsumible», escritos por el guitarrista tras el fallecimiento de Nano, cerraron el acto, coronado con un tan sonoro como cariñoso aplauso de los asistentes.

Posteriormente, Manolo Sanlúcar procedió a la firma de ejemplares de su obra, labor en la que empleó más de dos horas, dada la gran cantidad de público que asistió y que posteriormente adquirió el libro. A todos y cada uno, con una santa paciencia, el maestro Muñoz Alcón le regaló una dedicatoria autógrafa, personal y particular, dando así una buena muestra de correspondencia al gran cariño mostrado por sus paisanos.

El libro es muy recomendable, no defraudará a quienes se sumerjan en sus más de cuatrocientas páginas. Plagado de anécdotas interesantes, amenas, graciosas y curiosas, describe a muchos personajes de la vida popular sanluqueña de los años 50 y 60, además del espíritu de esta ciudad del sur, bajo la peculiar visión de este gran artista.

Texto: Fco. Javier Franco (Diario de Cádiz) -Salvador Daza.
Fotos: Salvador Daza.